Desde siempre me han gustado las historias, contarlas y que me las cuenten. Nací en Madrid, en un hogar de profundas raíces manchegas, a finales de los 80. No recuerdo aquella época porque la década cambió en seguida, pero sí me acuerdo de preguntarle a mi padre qué significaba «urbe», que era una palabra que aparecía en uno de los Mortadelos que me enseñaron a leer. Tras Ibáñez llegaron, por este orden, Thomas Brezina, Elvira Lindo, los libros de Elige tu propia aventura, Jordi Sierra y Fabra, J.K. Rowling, Las Crónicas de la Dragonlance, El Señor de los Anillos y los manuales de Dungeons&Dragons. La lista actual, por suerte, es mucho más extensa y variada.
Pago las facturas gracias al marketing online, pero el trabajo que mejor se me da es el de portero de finca.
Mitología hawaiana, ciencia ficción, elige tu propia aventura, narrativas experimentales, cartas de amor, reinterpretaciones de los clásicos… ¡Las armas de Medusa vienen en muy diversas formas!