La música y escritora noruega Jenny Hval ha pulido una visión intelectual e intransigente de la política y la sexualidad tanto en su prosa como en el resto de sus registros. Multidisciplinar y transgresora son palabras que se emplean a menudo para describir su obra y, de hecho, su arte absolutamente polifónico está entretejido a la perfección entre la musical, la poesía, lo visual y lo performativo. Su voz artística se mantiene anclada en el presente, permaneciendo a un mismo tiempo oscura y accesible.
Paraíso podrido, su primera novela, es también su prima obra traducida al español.
Una obra que desprende olores, que se siente en la boca, en la piel y en los oídos. Una provocación a los lenguajes del cuerpo.